Ayer, 1 de noviembre, día en el que la mayor parte de nosotros honramos y visitamos a nuestros difuntos es un buen día para la reflexión y creo que sería bueno que nuestro actual ayuntamiento, el Ayuntamiento de Valencia, reflexionase sobre el estado en que se encuentran muchas tumbas de tierra en el Cementerio de Benimámet.
El pueblo está cambiando su fisonomía (¡ya era hora!) con las nuevas obras de reurbanización sobre buena parte de su casco urbano (veremos donde aparcamos nuestros coches en todas estas calles, pero ése es otro cantar) con el nuevo jardín que se está construyendo en el Chalet de Panach y con la finalización de la primera fase del nuevo polideportivo, obras todas estas que me consta estarán terminadas alrededor de los meses de marzo y abril, antes de las próximas elecciones municipales, con los correspondientes cortes de cintas, colocación de placas y actos de inauguración correspondientes. Pero ¿para cuándo las reparaciones precisas en nuestro Cementerio? La mayoría de votantes tenemos allí reposando una parte, importante en muchos casos, de nuestros sentimientos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 3 de noviembre de 2002