La búsqueda del grial del equilibrio presupuestario comienza a resultar difícil para el Gobierno español. Teniendo en cuenta que ya pocos economistas o empresarios defienden la posibilidad de que el PIB español crezca un 3% el año que viene, el objetivo de déficit cero sólo se sostiene con los alfileres de complejas proyecciones fiscales y un espeso maquillaje contable.
Un cálculo razonable, y basado en la escasa información disponible de las cifras públicas, del déficit real del Presupuesto español para el ejercicio 2003 se situaría entre el 2,6% y el 3,6% del PIB. Las hipótesis de déficit tienen en cuenta una sobreestimación de los ingresos y gastos de inversión no contabilizados en el Presupuesto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 3 de noviembre de 2002