El regreso de los dos millones de vehículos que, según la Dirección General de Tráfico (DGT), entraron ayer a la Comunidad de Madrid después de disfrutar del puente festivo de Todos los Santos ocasionó a media tarde una serie de atascos que sumaron 47 kilómetros de circulación lenta. La vía más colapsada fue la carretera de Valencia (N-III), con 22 kilómetros. Y eso que la vuelta de los madrileños se produjo de forma escalonada, según las mismas fuentes.
Así, a las 18.30 de la tarde la Dirección General de Tráfico contabilizó retenciones de ocho kilómetros en la N-401 (carretera de Toledo): cinco a la altura del municipio de Getafe y tres en la entrada de Parla. Las pantallas registraban a esa hora otros 17 kilómetros en la M-501 (la llamada carretera de los pantanos): nueve kilómetros en Chapinería, cuatro en Pelayos de la Presa y otros cuatro kilómetros en San Martín de Valdeiglesias.
Pero quienes peor parados salieron fueron los conductores que eligieron la N-III para entrar en la capital: sufrían a media tarde, según los datos de la DGT, 22 kilómetros de retenciones en diversos puntos de la autovía, dos a la altura de Arganda, 10 a la altura de la localidad de Rivas-Vaciamadrid y 10 kilómetros más en Fuentidueña del Tajo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 4 de noviembre de 2002