Estoy relativamente indignado por la poca repercusión que ha tenido el escándalo de los cursos de formación falsos en los que los sindicatos, entre otros, se han visto involucrados. Y digo relativamente porque en España los sindicatos parecen tener manga ancha para actuar como les dé la gana. Los sindicatos permiten 'piquetes informativos' violentos, que son actos que limitan la libertad de otras personas, y nadie parece inmutarse. En su tiempo fueron condenados por otro escándalo, el de los pisos, y ahora se repite la historia con los cursos. Los señores Méndez e Hidalgo, que durante meses no han dudado en aprovechar una cámara y un plató para dar caña al Gobierno, ahora parecen estar desaparecidos, supongo que esperando a que se olvide el asunto.
No estoy en contra de los sindicatos, creo que su labor y presencia son fundamentales, pero no entiendo por qué se les perdonan socialmente asuntos que si hubiesen sido realizados por otras instituciones la polémica duraría semanas. La concejal del Ayuntamiento de Madrid ha dimitido. ¿Han habido dimisiones en UGT y CC OO? Si las ha habido yo no me he enterado. Si es verdad que ellos sólo miran por el interés de los trabajadores, que empiecen a actuar ya en consecuencia y hagan 'la limpieza' que sea necesaria para poder defender a los trabajadores con dignidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 4 de noviembre de 2002