Los venezolanos respiraron nuevamente los peligrosos aires del intento de golpe de Estado del 11 de abril, cuando partidarios del Gobierno intentaron repeler violentamente una marcha de la oposición que atravesó Caracas para entregar alrededor de dos millones de firmas solicitando la celebración de un referéndum consultivo para el adelanto de las elecciones presidenciales.
La manifestación pacífica, que nuevamente reunió ayer a cientos de miles de personas, llegó a la sede del Consejo Nacional Electoral para consignar las firmas, a pesar de que el grupo de simpatizantes del presidente Hugo Chávez los esperaba con piedras, palos y botellas.
La acción violenta se produjo a pesar de que altos funcionarios del Gobierno y de su partido, el Movimiento Quinta República, entre ellos el vicepresidente de la República, José Vicente Rangel, el presidente de la Asamblea Nacional, Willian Lara, y el alcalde de Caracas, Freddy Bernal, les pidieron que se replegaran.
Las firmas fueron recogidas durante los últimos 20 días tras la huelga nacional de 12 horas, organizada por la Coordinadora Democrática, agrupación de partidos, organizaciones empresariales y sociales opuestas al Gobierno. Según la Constitución, el 10% del electorado puede pedir una consulta al pueblo sobre asuntos de interés nacional. El Gobierno alega que entre tales materias no puede contarse la revocatoria del mandato del Presidente, pues éste está establecido específicamente para realizarse una vez que el funcionario cumpla la mitad de su período. Chávez comenzó su lapso de seis años en agosto de 2000, razón por la cual la mitad del período se cumplirá en agosto de 2003.
Mientras tanto, en la plaza Altamira, desde donde partió la marcha, se mantiene atrincherado un grupo liderado por 14 generales y almirantes que se declararon hace quince días en desobediencia. Ellos plantean que no se retirarán de allí hasta que se produzca la renuncia del presidente Chávez.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 5 de noviembre de 2002