El Área de Cultura de nuestro querido Ayuntamiento recibe en loor de multitudes a Leni Riefenstahl, aunque su verdadero nombre es Helene Berthe Amalie, la cual es considerada la cineasta y productora oficial del régimen nazi, por la fervorosa exaltación en sus películas de los ideales estéticos de dicho régimen, sobre todo El triunfo de la voluntad (1936) y Olimpiada (1936) sobre los Juegos Olímpicos de Berlín donde su querido fürer Adolf Hitler se negó a entregarle la medalla de oro al atleta estadounidense J. James por ser negro.
La señora Paola Vivancos ¿justifica? su presencia para intervenir en el Festival de Cine y Deporte, lo de cine es discutible, el libro de los gustos está en blanco, pero lo de deporte supongo que será para manifestarle su contribución al mundo limpio del deporte por su estupendo documental racista y xenófobo sobre la Olimpiada de Berlín de 1936.
Esta señora (me refiero a doña Paola Vivancos) no se qué entiende por cultura -y lo pongo en minúsculas porque no tiene nada que ver con la Cultura en mayúsculas- lo mismo asiste a la inauguración de una placa a Isabel Pantoja, que a la bendición de la Casa Hermandad del Museo, que defiende voz en grito en un pleno a su jefe don Alejandro Rojas Marcos ante 'los ataques' de don Luis Pizarro, que se bate el cobre por la Bienal de Flamenco, que da plantón a un montón de ciudadanos, personalidades, prensa, asociaciones, etcétera, porque no gestiona debidamente la colocación de una placa en la iglesia de San Bartolomé que recuerda su pasado judío.
Recibe con palmas y honores a una nazi y olvida el pasado judío de su ciudad. Supongo que pedirá a los grupos neonazis, skins, ultrasur, etcétera, el voto para las próximas elecciones. ¡Qué pena de PA!
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de noviembre de 2002