'Estamos en un momento en el que caben las disculpas de los expedientados, más tarde no tedrá sentido alguno'. Con estas palabras se dirigió ayer el rector de la Universidad de Sevilla, Miguel Florencio, a los cinco alumnos expedientados por su participación en el asalto al rectorado de la institución el pasado ocho de febrero y sobre los que pesa una posible sanción que, de aplicarse, supondría su expulsión perpetua de la Hispalense.
Florencio aseguró que se pronunciará sobre la sanción que se impone a estos cinco estudiantes en cuanto tenga en su poder todas las alegaciones al informe que le elevó el instructor del caso, ya que hasta el momento sólo cuenta con las que presentó el abogado de uno de los expedientados, Manuel Bernabé Cañadas. Este alumno, en su alegación, recusó al rector y al resto de personas presentes en la Junta de Gobierno que se celebró el día del asalto al rectorado al considerar que la decisión de Florencio no sería justa por ser juez y parte. En este sentido, el rector aseguró que no piensa delegar en ninguna otra persona. Por último, Florencio dijo que no se dejará influir por la presión externa de quienes piden clemencia para los estudiantes y solicitó que se respete la autonomía universitaria y su buen juicio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de noviembre de 2002