El Ayuntamiento de Barcelona renovó el sábado pasado el pavimento de la ronda del General Mitre, y lo hizo sin ninguna planificación y con una absoluta falta de respeto hacia los ciudadanos, sobre todo a los de edad avanzada.
No se avisó a vecinos, ni a usuarios de los transportes públicos afectados por el cierre de todas las vías que desembocan en la ronda. El resultado fue que nadie sabía por dónde circulaban los autobuses, ni la Guardia Urbana que vigilaba algunos cruces.
Es de sentido común colocar avisos en las paradas de los transportes afectados, explicando por dónde circularán, y ello habría ahorrado molestias a los ciudadanos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de noviembre de 2002