Tres son las propuestas que estrena hoy el Festival de Otoño. Una con cantantes calmucos, otra con Manuela Carrasco y otra más con tres grandes renovadores del teatro argentino.
Cantos épicos y difónicos de Kalmukia es un original espectáculo -procedente de una república independiente de Mongolia- que sólo se podrá ver hoy en el Círculo de Bellas Artes. En él participan dos cantantes, uno mongol y otro calmuco, tocando dos instrumentos, el dombra y el merin khuur, con los que se acompañan al interpretar el djangar, (una especie de biblia) a través del canto difónico, realizado con una técnica gutural y un sorprendente dominio de la garganta y la voz, a las que extraen sonidos que en muchos momentos no parecen humanos, pero que poseen una inquietante belleza.
El mundo, el demonio y la carne es el nombre que el periodista, y en este caso director, Jesús Quintero, ha dado al montaje puesto en pie con la compañía de Manuela Carrasco, que hoy y mañana se podrá ver en el teatro Albéniz.
Finalmente, La escala humana es una creación conjunta (texto y dirección) de Javier Dualte, Rafael Spregelburd y Alejandro Tantanian, espectáculo que se podrá ver en la sala Cuarta Pared del 6 al 9 de noviembre. Esta comedia de humor negro (narra cómo una ama de casa se convierte en asesina en serie y sus hijos hacen estúpidos esfuerzos por ocultarlo) se ha convertido en una de las propuestas más renovadoras y arriesgadas de la serie de montajes argentinos del Festival de Otoño.
Más información: Teléfono 012 y www.madrid.org/festivales
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de noviembre de 2002