Aunque el caso judicial cerrado ahora -a falta de ver la reacción de los fiscales querellantes- empezó formalmente en 1997, las investigaciones sobre las conductas comerciales de Microsoft empezaron mucho antes, en 1991.
Primeras sospechas
En 1991, la comisión federal que regula el comercio en Estados Unidos inició una investigación sobre las prácticas monopolistas de Microsoft en el mercado del ordenador de sobremesa. La investigación se cerró dos años más tarde pero el departamento de Justicia inició la suya propia. En 1994, Microsoft prometió a las autoridades que levantaría las restricciones que imponía a otros fabricantes de programas y cambiaría su política de contratos y exclusiones con los fabricantes de ordenadores. El acuerdo se firmó en 1995, año en que Microsoft sacó al mercado su nueva versión de Windows y advirtió, tardíamente, la importancia de Internet.
Promesas incumplidas
Dos años más tarde, en octubre de 1997, el departamento de Justicia llega a la conclusión de que Microsoft no ha cumplido con lo pactado y que está forzando a los fabricantes a incluir su navegador Explorer si quieren disponer de Windows. Había empezado la guerra con el navegador Netscape y la Administración consideraba que Microsoft utilizaba su posición de dominio en el sistema operativo para ampliar el monopolio a otras áreas. El caso fue asignado al juez Thomas Penfield Jackson. El proceso se abre en 1998, el mismo año en que AOL adquiere Netscape.
Una dura sentencia
En abril de 2000, el juez establece los hechos probados y asegura que Microsoft ha usado su monopolio en el sistema operativo para extenderlo con conductas comerciales ilegales a otros ámbitos del negocio y que de forma inaceptable ha ligado su navegador Explorer con Windows. El departamento de Justicia y 17 fiscales de otros tantos estados promueven ante el juez que la compañía sea dividida en dos y se restrinjan sus prácticas comerciales. Decisión que asume el juez en junio. Microsoft apela al Tribunal Supremo que remite el caso al de Columbia. Mientras, el juez Jackson se prodiga en los medios de comunicación con comentarios críticos y despectivos hacia Microsoft lo que permite fundar sospechas sobre su imparcialidad por parte de los abogados de la compañía de Gates.
Hacia el final
En febrero de 2001, el tribunal de apelación de Columbia desautoriza al juez Jackson y atribuye el caso a Kollar-Kotelly. En noviembre de aquel año, la administración Bush, menos beligerante que la de Clinton, llega a un acuerdo con la compañía que impone controles y prácticas comerciales no punitivas hacia los competidores pero no supone cambios en la arquitectura de Windows ni en la estructura empresarial de Microsoft. Nueve de los fiscales del caso consideran demasiado indulgente para Microsoft el pacto y rechazan el acuerdo. La semana pasada, la juez aprueba el pacto, con correcciones marginales. A la hora de cerrar esta edición se desconoce si los fiscales discrepantes mantendrán vivo el caso.
A lo largo de estos años, Microsoft se ha visto favorecido por cambios en el entorno como la aparición de otros gigantes gracias a las fusiones -AOL Time Warner y HP con Compaq.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de noviembre de 2002