Los habitantes de Nevada no podrán fumar marihuana legalmente, los de Arizona tendrán que pagar el doble de impuestos por una cajetilla de tabaco y Hollywood seguirá siendo parte de la ciudad más caótica de Estados Unidos: Los Ángeles. Son algunos de los resultados de las 200 consultas locales que se sometieron el martes a votación en 40 de los 50 estados.
Las propuestas que proponían suavizar las penas por posesión de drogas o facilitar el uso, incluso terapéutico, de la marihuana recibieron respuestas mixtas: la idea más radical, permitir el consumo y posesión de tres onzas (unos 90 gramos) para uso y disfrute personal, fue rechazada por el 61% de los habitantes de Nevada.
San Francisco, sin embargo, podrá cultivar su propio cannabis, si lo estima necesario, para facilitar su distribución a enfermos que lo necesiten. En Arizona y Ohio han fracasado las propuestas que pretendían limitar el castigo por posesión de cannabis a una simple multa o privilegiar los tratamientos de desintoxicación a las penas de cárcel. En Arizona, como en Florida, no se podrá fumar en sitios públicos y se doblarán los impuestos sobre el tabaco.
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Hollywood y el Valle de San Fernando seguirán siendo parte integrante de los Ángeles después de que fueran derrotadas sus propuestas de secesión. En San Fernando, algo más de un 52% apoyó la separación, pero la ciudad rechazó la idea por un contundente 68% (la iniciativa debía ser aprobada por ambas partes). En Hollywood, el fracaso fue aún más obvio: el 70% de sus 183.000 habitantes se negó a convertirse en una localidad independiente. Las dos campañas pedían más independencia fiscal.
En materia de educación, los votantes de Massachusetts y Colorado apoyaron medidas que impedirán la enseñanza bilingüe en español a los hijos de inmigrantes, que tendrán que aprender en inglés. En Nuevo México, los votantes rechazaron una ley que habría permitido votar a las personas con enfermedades mentales. Oklahoma aprobó una ley que prohibirá las peleas de gallos. Oregón no podrá especificar que sus productos agrícolas han sido genéticamente alterados, y Tennessee tendrá por fin su propia lotería.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de noviembre de 2002