La funesta noche de fiesta de los siete jóvenes que el pasado 21 de septiembre se encaramaron a la diosa y le rompieron la mano izquierda, para luego llevársela y hacerla desaparecer, ha dejado una herencia muy cara al erario madrileño. La restauración de la pieza ha costado por el momento 30.000 euros a las arcas municipales, 12.000 de los cuales serán abonados al escultor encargado de realizar la réplica, José Luis Parés.
El alcalde, José María Álvarez del Manzano, justificó ayer su rechazo al ofrecimiento del Real Madrid y de una conocida marca de relojes suizos de correr con los gastos de la recuperación de la mano. Álvarez del Manzano alegó que al pagar el Consistorio los gastos del arreglo, se evitaba que ninguna empresa o institución 'se creyera con ningún derecho sobre la estatua'. El concejal de Rehabilitación Urbana de la capital, Sigfrido Herráez, explicó que la intención de la marca de relojes era colocar sobre la mano de la diosa uno de sus modelos y utilizar así a la sufrida diosa como modelo publicitario. 'Rechazamos esa oferta porque nos lo desaconsejaron todos los expertos de Patrimonio', añadió Herráez.
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El Ayuntamiento confía en poder recuperar los 30.000 euros invertidos cuando se celebre el juicio contra los siete jóvenes agresores, si, como espera el Consistorio, son condenados a pagar la rehabilitación de la mano que hicieron desaparecer. El Ayuntamiento de Madrid se ha personado en la causa contra ellos como acusación particular.
Álvarez del Manzano aseguró ayer no estar al corriente de la marcha del procedimiento judicial contra los jóvenes, universitarios y procedentes en su mayoría de familias acomodadas. Todos ellos han sido acusados de un delito contra el Patrimonio histórico, por el que podrán ser condenados a cumplir penas de hasta tres años de cárcel, así como a pagar la restauración. Los jueces también podrán permutar las penas impuestas por la realización de trabajos sociales para la comunidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de noviembre de 2002