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OPINIÓN DEL LECTOR

La gran Biblioteca

Cada día nos dificultan más la consulta de libros. No es que tuviéramos biblioteca de departamento, próxima a nuestros despachos, ¡ya, ya! Es que ahora tampoco tenemos biblioteca de facultad. Ambas ubicaciones están periclitadas y ahora lo que mola son las bibliotecas centralizadas, al servicio de los Ordenadores.

La nueva sede en el campus de Álava de la UPV hará las delicias de sus promotores, que soñaban con idílicas bibliotecas, aunque desde hace un par de años no haya dinero para comprar libros y siga escaseando el tóner de la fotocopiadora de artículos. También satisfará las necesidades de estudio gregario de apuntes en torno a estanterías con libros empolvados, y, finalmente, agradará a los que se repartan el espacio dejado por las antiguas bibliotecas de centro. Pero a aquellos individuos que consultaban los libros (especie a extinguir) les ha molestado mucho. Nadie ha contado con ellos, ni siquiera a través de sus representantes. Téngase en cuenta que los libros no han venido solos a las bibliotecas. Alguien se ha tomado muchas molestias seleccionándolos año tras año.

La Biblioteca, en un rasgo de generosidad, ha aumentado el cupo de libros en préstamo hasta 50 libros por profesor. ¿Quién va a necesitar más? Esto significa, si no entiendo mal, que nuestras eventuales dudas e inquietudes deben estar circunscritas a 50 libros. ¡Hombre ya sé, puede uno esperar a que tras el puente de turno se abra la biblioteca!

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de noviembre de 2002