Es verdaderamente sorprendente que los sindicato denominados de clase convoquen a una huelga contra la Ley de Calidad del Gobierno del Partido Popular (no porque este proyecto educativo no sea retrógrado, que lo es) al conjunto del profesorado sin antes haber combatido sindical y políticamente a la propia Junta de Andalucía, cuyos logros en materia educativa pueden resumirse del siguiente modo: Los salarios del profesorado y funcionariado, en general, más bajos del Estado; uno de las mayores ratios del Estado en las aulas andaluzas; un gasto personal de cientos de euros por parte de miles de profesores para desarrollar cursos de formación, dado que los ofertados por la Junta son del todo insuficientes; mínima dotación de los centros educativos andaluces para gastos considerados normales en otras comunidades (actividades extraescolares, gastos de desplazamientos y manutención del profesorado en sus viajes profesionales...); racanería manifiesta a la hora de dotar de profesorado de apoyo a la diversidad...
¿No son ciertamente sectarios los sindicatos a la hora de convocar a la huelga? ¿Por qué no -también- contra la Junta de Andalucía?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 8 de noviembre de 2002