El estadístico Julio Alcaide manifestó ayer que los dos sistemas estadísticos que se utilizan en España para contabilizar el desempleo, el Instituto Nacional de Empleo (Inem) y la Encuesta de Población Activa (EPA) 'son absolutamente malos'. Según Alcaide, en el Inem está el error de que 'toda persona parada que no pase por las oficinas de colocación no aparecerá inscrita, y encima tiene el sistema de hacer una depuración de las cifras del paro registrado'. Por lo tanto, las cifras declaradas 'no son las reales de las registradas', porque por ejemplo, los trabajadores sujetos al subsidio agrícola que están parados 'están excluidos', al igual que los estudiantes. Por lo tanto, según el estadístico, los datos del Instituto Nacional de Empleo 'son una manipulación de las cifras registradas y no reflejan la realidad'.
En cuanto a la EPA, explicó que se obtiene a través de preguntas a familias sobre la situación laboral y 'esa muestra elevada a nivel global determina el número de parados'. No obstante, aclaró, las cifras dependen del juicio personal que cada uno tenga sobre su situación. Sobre el método, Alcaide indicó que la persona que trabaja de forma irregular 'va a decir que está parada cuando no lo está' y tampoco se mostró de acuerdo con la definición de parado, ya que con 'haber trabajado una hora en la semana en la que se realiza la investigación ya está considerado como ocupado'. Así, señaló que las cifras de paro de la EPA están 'por encima de la realidad', por lo que, a su juicio, en medio de las dos cifras (Inem y EPA) estará 'la verdad'.
Datos sesgados
Alcaide sostuvo que que la estadística 'tiene que tenerse por las informaciones recibidas, por lo que si son sesgadas, la estadística no será correcta', a lo que añadió que la verdad estadística 'no existe'. Así, puso como ejemplo el hecho de que en este momento 'no sabemos cuántos somos los españoles, podemos estar equivocándonos en un millón de personas, por lo que yo no pondría la mano en el fuego por una cifra estadística'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 8 de noviembre de 2002