El Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes, órgano de mayoría laborista como el propio Parlamento, recomendó ayer al Gobierno británico de Tony Blair "tenga plenamente en cuenta los puntos de vista de pueblo de Gibraltar expresados en el referéndum del 7 de noviembre". La recomendación está contenida en un informe del comité que resulta absolutamente crítico con la negociación para compartir la soberanía del Peñón iniciada por Londres y Madrid el año pasado.
El documento fue presentado anoche en Gibraltar por dos diputados del partido de Blair y un liberal que actuaron como observadores de la consulta. El Gobierno, según explicó el laborista Andrew Mackinlay, tendrá que responder a estas críticas ante la Cámara, bien a través del titular de Exteriores, Jack Straw, bien por medio de un secretario de Estado.
A lo largo de 31 párrafos, el Comité se muestra demoledor con la actuación de Straw. Los diputados advierten de que "pasará mucho tiempo, si eso ocurre alguna vez", antes de que los llanitos acepten un arreglo en la línea de Straw y concluyen que "fue un error" iniciar la negociación con España y que el Gabinete es el único responsable de verse ahora en la alternativa de seguir la negociación, incomodando a los gibraltareños, o interrumpirla, indisponiéndose con los españoles.
Pero el Comité destruye, además, todo el consenso concreto que Madrid y Londres han estado elaborando en los últimos meses. Critica al Gobierno británico por haber cuestionado la honestidad financiera de los gibraltareños y le pide que rectifique; tacha de "manifiestamente injusto" que Gibraltar pague las pensiones de los trabajadores españoles que abandonaron e Peñón tras el cierre de la verja, en 1969; recomienda a Blair que lleve España ante la Corte Europea de Justicia si las comunicaciones con Gibraltar no mejoran y que adopte una actitud firme en la OTAN para que las comunicaciones militares entre Gibraltar y España se normalicen.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 8 de noviembre de 2002