Sedienta luz calcárea
que repta entre Damasco y Namaniyya,
la miel solar vertiéndose
por las junturas del adobe
y el brusco ardor del aire
arrastrando rastrojos entre ruinas,
mientras llegas
no llegas
a un tenducho
de polvorientos anaqueles, restos
de guarnicionerías y divanes
de ajada piel de cabra, dulces
andrajos de un linaje de príncipes,
y oyes de pronto el torrencial acorde
del arameo, único aduar del mundo
(te dijeron)
donde gentes de venerables rostros
y túnicas hendidas como llagas
hablan aún la lengua que habló Cristo,
ese atajo del tiempo en que se aloja
la palabra matriz de las palabras.
José Manuel Caballero Bonald (Jerez, 1926). Sus últimos libros publicados son La costumbre de vivir (memorias, Alfaguara) y Diario de Argónida (poesía, Tusquets). Ha obtenido en tres ocasiones el Premio Nacional de la Crítica.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de noviembre de 2002