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Un estudio analiza la degradación de los estuarios en el litoral valenciano

Un grupo de investigadores de las universidades Politécnica de Valencia, de Cataluña y de la Universidad Federal de Río Grande, en Brasil, ha iniciado un estudio conjunto sobre los procesos que actúan en la degradación y uso de aguas procedentes de las costas y estuarios, en los que se mezclan aguas dulces y saladas-. El programa se desarrolla en la desembocadura del Júcar en Cullera, y en la Laguna Patos, en el sur de Brasil. Los profesores Miguel Rodilla y Julio González, de la Universidad Politécnica de Valencia, y Agustín Sánchez, del Centro Internacional para la Investigación de Recursos Costeros de la Politécnica de Cataluña, dieron ayer a conocer el proyecto en la Escuela Politécnica Superior de Gandia, que también participa.

El objetivo es 'establecer una metodología', un 'modelo matemático predictivo' que ayude a los gestores de estos entornos naturales a predecir las repercusiones ambientales derivadas de la actividad humana, señaló Agustín Sánchez. Los indicadores servirán para detectar la calidad del agua y del sedimento en cada estación; determinar cuándo el agua es apta para el baño; conocer los efectos de infraestructuras como los espigones y, en definitiva, para diseñar políticas que garanticen el desarrollo sostenible de estos enclaves.

El estudio del estuario del Júcar comenzó hace nueves meses; Julio González adelantó datos preliminares de los análisis en este enclave, extrapolables, dijo, a casi toda la costa valenciana. La bahía de Cullera sufre una sobrecarga de vertidos, generalizada en el resto del litoral, aunque no a niveles de zonas como la playa de Pinedo. Se ha constatado además una disminución de nutrientes respecto a un estudio de 1982, pero González aseguró que estos datos deberán contrastarse con más estudios.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de noviembre de 2002