El 6 de octubre, El PAÍS anunciaba que 'Patrimonio convoca a un nuevo concurso para intentar reabrir el hipódromo'. También se informaba por Ginés López, director regional del Juego, que no se contempla la existencia de los cafés carrera.
Mientras tanto, llegan noticias desde Estados Unidos: en la XIX edición de la Breeders Cup, efectuada el pasado 26 de octubre en el hipódromo de Arlington Park, el total apostado alcanzó la cifra de 116 millones de dólares, de los cuales más de 109 se jugaron por el sistema de simulcasting, que contó con 9.400 locales habilitados.
Por supuesto, en Estados Unidos, la industria del turf es apoyada por las autoridades competentes. Y la gente disfruta de un espectáculo impresionante. Pero aquí, en Madrid, los españoles se dan el lujo de tener uno de los hipódromos más lindos del mundo cerrado desde hace más de seis años. Resulta absurdo e inexplicable.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de noviembre de 2002