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CARTAS AL DIRECTOR

Reflexiones sobre el déficit cero

Hasta ahora pensaba que el 'déficit cero' era sólo una cuestión económica cuyas consecuencias podía ver claramente a mi alrededor: empeoramiento de los recursos asignados a los servicios públicos esenciales como por ejemplo la enseñanza o la salud, empobrecimiento de los funcionarios públicos con una redución efectiva del 30% de su salario o la reducción de los planes de ayuda a la adquisición de viviendas para los jóvenes y personas con menos poder adquisitivo.

Pues no. Ahora las medidas económicas no son suficientes para llegar al dichoso déficit cero. Hace unos días circulaba por las autovías de Cantabria comprobando con asombro que la iluminación se encontraba desconectada, al parecer, para arañar unos cuantos euros más al presupuesto estatal, sin importar la posibilidad real de canjear ese ahorro por unas cuantas víctimas de probables accidentes. Las autovías de Cantabria son peligrosas por la orografía y por las condiciones meteorológicas habituales, y por ello el Estado había invertido acertadamente en la iluminación de los tramos más peligrosos. Ahora nos hemos quedado a oscuras.

¿Incluirá nuestro Gobierno a las víctimas en las cifras de los presupuestos?

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de noviembre de 2002