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Crítica:POR MENOS DE 15 EUROS

Rápido, barato y de diseño

Es reciente la aparición y proliferación en nuestro país de restaurantes bufé con pretensiones de cierta calidad. Su oferta, basada en la cantidad ilimitada y los alimentos a años luz del fast food grasiento, ha sido muy bien acogida por todo tipo de públicos. Se puede comer todo lo que se quiera por un irrisorio precio fijo (que ronda los seis euros): vegetales, verduras y ensaladas frescas, algo de pasta con salsa y pedazos de pizza. Los responsables de una cadena han querido depurar algo más el producto y han abierto Ovni.

La fórmula de este local no es más que una variación de las anteriores, pero con mayor atención a los acabados. Así, no se trata de un bufé libre, sino de unos menús: ensalada, pizza o pasta, fruta y bebida, por 4,95 euros; ensalada, fruta y bebida, por 2,95, y el bol de ensalada, por sólo 2,15. El producto se ha sofisticado, ya que las pizzas (individuales) se hacen al momento y con los ingredientes (hasta tres) que el cliente solicite. Una atención que libera en algo la carga de lo prefabricado. También las ensaladas y las pastas muestran una cara más elaborada. Se puede elegir entre las opciones ya preparadas de ensalada César, de pasta con pesto, de arroz con pasas, de coles de Bruselas o ensaladilla rusa, o fabricarse una combinación propia a partir de hierbas del canónigo, varios tipos de lechuga y tomate, soja, huevo duro y una larga lista más, y aliñarla con varias salsas. En cuanto a la pasta, la base son las variedades típicas, y se dispone de salsas de tomate, cuatro quesos, atún; pero también de verduras asadas (patatas y espárragos trigueros), que acaban por ser los ingredientes mejor resueltos. Todos ellos, así como la fruta (kiwi, manzana, batido de mango...), exhiben una frescura bastante insólita en un lugar de comida rápida de esta gama de precios.

Ovni

Via Laietana, 32. Barcelona. Teléfono: 933 22 15 85. Horario: abierto todos los días de 10.00 a medianoche.

También se ha pulido la oferta de los postres, con cinco tipos de café a elegir (por 0,75 euros) y helados de bola de leche merengada, vainilla o yogur (por 1,20). Se puede acompañar la comida con vino (1,95 por una botella pequeña) o con zumos (1,20). Y todo ello en un local de blanco hospitalario, que consigue dar un efecto de pulcritud y modernidad. Es cierto que la logística del bufé es bastante caótica (con bandejas que giran en círculos y clientes luchando entre ellos por detenerlas en uno u otro lugar), y también lo es que la comida no deja de ser extremadamente sencilla. Pero la posibilidad de comer rápido y barato, en un entorno agradable y un tanto sofisticado y sin tener que jugarse la tasa de colesterol, ha enganchado a toda clase de público: de familias a oficinistas, de estudiantes a jubilados. Por algo será.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de noviembre de 2002