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CARTAS AL DIRECTOR

Barbaridades

Publican los periódicos la noticia de que EE UU ha matado en Yemen, mediante un sofisticado sistema, a seis 'sospechosos' de ser miembros de Al Qaeda. La noticia no ha despertado todavía ninguna reacción, ninguna repulsa, ningún comentario.

Es indignante que un país que pretende erigirse -y que de hecho se erige- en guardián de la civilización occidental cometa semejante fechoría: asesinar sospechosos violando las fronteras de un país teóricamente independiente, utilizando para ello los más modernos sistemas de guerra.

¿Qué pasa con el derecho internacional? ¿Qué pasa con la presunción de inocencia y la necesidad de un juicio justo para condenar -no asesinar- a un convicto?

Los EE UU aplican la ley de la selva. ¿Cómo pueden escandalizarse de que los ahora asesinados, o sus amigos o cómplices, hayan hecho lo mismo el 11 de septiembre? Una barbaridad no se resuelve con otra barbaridad. Ambos procedimientos son criminales, con la diferencia, en contra de los EE UU, de que sus enemigos son un grupo de fanáticos y ellos se creen demócratas y civilizados.

¿Es democrático asesinar a un sospechoso? ¿Es civilizado asesinar a alguien en otro país sin respetar sus fronteras?

El día menos pensado pueden asesinarnos cuando marchemos tranquilamente por La Mancha con el pretexto de que somos sospechosos de algo, como de escribir esta carta.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 11 de noviembre de 2002