Somos unos vecinos de Coria del Río, que llevamos padeciendo la expulsión de gases tóxicos por parte de una carpintería (se llama El Castor) desde hace más de un año.
En diciembre de 2001 pusimos una denuncia en el Ayuntamiento de dicha localidad, para así paralizarle la concesión de la licencia de apertura. En febrero el Ayuntamiento, mediante un decreto, le ordenó 'la retirada inmediata de las pinturas, esmaltes o similares quedando totalmente prohibido la realización de estas actividades'.
Pues bien, a 1 de noviembre de 2002, seguimos igual. Hemos hablado con el concejal de Urbanismo, éste nos mandó al de Medio Ambiente y, a su vez, éste hizo lo mismo y nos mandó al de Comercio, del cual llevamos ya cerca de dos meses esperando que se digne concedernos una cita.
Ya no aguantamos más. Solo pedimos que se respete la legalidad vigente y que pague el que está fuera de la ley y no el que lo sufre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 12 de noviembre de 2002