Parto del reconocimiento merecido a la tarea realizada por el señor Pujol y por otras muchas personas que han hecho posible que hoy vivamos en un país libre y democrático. Lo que no acabo de entender es cómo una persona como el señor Pujol y lo que representa vaya a terminar su ciclo político de una manera tan agónica. Señor Pujol, Cataluña necesita un cambio, necesita nuevas energías para dirigir este país. Llevamos mucho tiempo dormidos. Debe de ser por su cansancio, lo entiendo como persona, pero no puedo compartir que sigamos estando sin guarderías, sin inversiones, con servicios precarios e ineficientes por falta de inversión, sin ayudas reales para las familias, las mujeres, los disminuidos, los más desfavorecidos. No se invierte en sanidad, es más, se privatiza. Igual con la enseñanza, y ya no digamos con la vivienda, y podría seguir nombrando un sinfín de cosas.
He de reconocer que una cosa sí la hacen muy bien: la publicidad que se dan sobre alguna actuación que realizan. Esto tiene su mérito, pero no es suficiente. La reflexión fundamental es que se aprecia un cansancio extremo de un presidente y de un Gobierno agotado, y la Cataluña y los catalanes que usted tanto quiere necesitamos un cambio de progreso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 12 de noviembre de 2002