El fiscal rebajó ayer a dos años de prisión la pena a un padre por matar a su hijo de 17 años. El representante del ministerio público entendió que el acusado, que disparó a su hijo tras reprocharle haber llegado tarde a casa, no era consciente del riesgo del disparo del arma, ni imaginaba que pudiese causarle la muerte.
El acusado, Joaquín Ramón V. P., vecino de Viladecans, reconoció los hechos y aceptó la pena rebajada por el fiscal, que inicialmente pedía siete años de cárcel por homicidio imprudente y tenencia ilícita de armas.
El suceso ocurrió en enero de 2001, cuando el padre despertó a su hijo para ir a comprar y el muchacho prefirió seguir durmiendo. Tras una discusión, el acusado apuntó a su hijo con el arma en la mejilla y apretó el gatillo, con lo que le provocó la muerte instantánea.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 12 de noviembre de 2002