La Audiencia Provincial reanudó ayer el juicio contra dos anticuarios, una galerista, un experto en inversiones y un intermediario por la venta de un falso goya a un coleccionista privado, Marcial G. S., en 1997. Los acusados son Miguel T. y su padre, Enrique T.; Margarita S.; Joaquín Héctor A., y Julián Andrés M. La vista se suspendió en febrero porque uno de los acusados, Julián Andrés M., estaba en paradero desconocido y acudió a la sala al enterarse por EL PAÍS de que lo estaban buscando.
El fiscal asegura que Miguel T. y Enrique T. tenían un lienzo 'que no se puede considerar obra de Goya' y acudieron al experto José Luis M. -ya fallecido-, que expidió un certificado de autenticidad en el que se aseguraba, 'faltando a la verdad', que el cuadro era auténtico. Después contactaron con Andrés M. D., quien les presentó a Margarita S. D., que adquirió el lienzo.
Margarita y Joaquín Héctor A. convencieron a la víctima para que lo comprara. Éste desembolsó 55 millones de pesetas por la obra que, según el fiscal, fueron repartidos entre los cinco acusados. Mañana seguirá el juicio con declaración de Joaquín Héctor A. y con la realizacion de la prueba pericial de cinco expertos en arte, entre ellos la conservadora jefe del Museo del Prado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 12 de noviembre de 2002