En los últimos días hemos podido escuchar y leer numerosas muestras de sincero pesar por la muerte de Luis Egea Martínez, que recuerdan su gran competencia, tanto en su actividad pública -Viceconsejero de Universidades e Investigación del Gobierno Vasco y Director General de Enseñanza Superior en el Ministerio de Educación-, como en la profesional: profesor e investigador en el área de microbiología en la universidad.
Algunos han mencionado también su gran formación humanística y, en todos los casos, se destacan el rigor y la honestidad que han presidido todas sus actividades.
Yo quiero recordar con esta breve nota que, desde la discreción -como a él le gustaba hacer las cosas-, el centro asociado de la UNED en Vizcaya no sería lo que es hoy sin su apoyo permanente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 12 de noviembre de 2002