El cuadrado negro, de Kazimir Malevich (Kiev, 1878-Leningrado, 1935), es una de las referencias de la exposición Malevich y el cine, que se abre hoy en la Fundación La Caixa, de Madrid (Serrano, 60; www.fundacio.lacaixa.es). La influencia de las vanguardias rusas en el arte moderno aparece en este montaje de 125 obras, desde Malevich, El Lissitzky, Richter y Rodchenko a Richard Serra, Yves Klein y Sol LeWitt. También se muestra material gráfico, como carteles, revistas y cartas, junto a secuencias de películas de Serguéi Eisenstein y Dziga Vertov, en un contraste de formas.
Dos páginas de Malevich sobre los nuevos sistemas del arte: estatismo y velocidad, de 1919, abren la exposición Malevich y el cine, que ha preparado la historiadora del arte Margarita Tupitsyn. La muestra, organizada por la Fundación La Caixa y el Centro Cultural de Belem, de Lisboa, donde se ha presentado, destaca 'el compromiso cultural y social de las vanguardias rusas', según la coordinadora, Asunción Cabrera. 'Se recurre a piezas de la época histórica pero la fuerza y la vigencia de sus propuestas se pueden seguir en artistas actuales'.
La comisaria, autora de libros sobre la fotografía soviética y el artista El Lissitzky, declaró ayer en la presentación que el montaje, diseñado por Andrés Mengs, se centra en el suprematismo, inventado por Malevich a partir de 1913 en sus lienzos de geometría abstracta, donde aparecen los famosos cuadrados negros y sus pinturas blancas. El movimiento suprematista revolucionó la forma de mirar el arte y provocó nuevas reflexiones sobre la creación artística, sobre todo en el tratamiento del espacio y la imagen en el cine y en la fotografía.
En la primera parte del montaje, y en el catálogo, aparecen las composiciones de los artistas que estuvieron en la vanguardia, tanto en pintura como en cartelismo y en cine. Un gran cartel de El Lissitzky, Exposición rusa, de 1929, señala la estética del momento, donde se fusionan los dibujos y pinturas con los fragmentos de películas de Eisenstein y Vertov, en especial, La huelga, El acorazado Potemkin, Octubre y El hombre de la cámara de cine. Junto a esa línea histórica, Margarita Tupitsyn se centra, a través de numerosos dibujos a lápiz, en el Malevich del suprematismo y el estilo geométrico abstracto y sus trabajos posteriores, a partir de 1928, de una clara figuración. La comisaria comentó ayer la polémica que ha seguido entre estas dos prácticas artísticas, que desvincula a presiones del Estado soviético. 'La figuración se relaciona con sus escritos sobre el cine contemporáneo soviético, en la composición y la presentación de la realidad'. La segunda parte de la muestra presenta la influencia de Malevich en artistas posteriores a 1945, como Albers, Art & Language, Kabakov, On Kawara, Klein, Manzoni, Allan McCollum, Sokov y Richard Serra, con sus fotos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de noviembre de 2002