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Webster renuncia como controlador de los auditores en EE UU

William Webster, el ex jefe de la CIA y del FBI elegido para presidir el organismo que ha de tutelar a los auditores de Estados Unidos, ha renunciado al encargo. En su carta de dimisión, Webster alega que la polémica que rodeó a su nombramiento -convertida en un huracán al trascender su actuación como presidente del comité de auditoría de US Technologies, una empresa prácticamente en quiebra- menoscaba la misión del Consejo de Vigilancia de Contabilidad de Compañías Cotizadas (PCAOB). La polémica ya provocó la semana pasada la dimisión de Harvey Pitt, presidente de la Comisión del Mercado de Valores (SEC).

Webster fechó el lunes la misiva dirigida a Pitt, quien continúa interinamente al frente de la SEC. En ella le comunica su renuncia, movido por la conmoción que envolvió a su elección. "Creo que mi continuidad en el consejo sólo creará más distracciones que no contribuirán en nada a la importante misión del consejo. Por lo tanto, renuncio", escribe Webster en el documento que trascendió ayer, la víspera de la primera reunión del PCAOB. "Los que me conocen saben que no abandono mis deberes a la ligera. Es tiempo de aclarar la atmósfera".

Pitt aceptó la dimisión, que sólo era cuestión de tiempo después del terremoto que produjo la llegada de Webster al PCAOB, que costó el cargo al polémico Pitt.

Dudas ocultas

Webster, sin experiencia en el mundo de las auditorías, fue elegido el 25 de octubre para presidir el organismo creado por el Congreso para poner orden en el caos financiero que ha sacudido a las grandes corporaciones de Estados Unidos. Su nombramiento, avalado por la Casa Blanca, fue impuesto por Pitt, que ocultó a la SEC y a la propia Casa Blanca las dudas que el mismo Webster tenía sobre su idoneidad para el cargo debido al conflicto en US Technologies.

El proceso para su nombramiento y su actuación en US Technologies son objeto de cuatro investigaciones y Webster dudaba de que fuera juicioso seguir en el cargo con el riesgo de que las investigaciones produjeran algo que luego le imposibilitara realizar su trabajo.

La convicción de renunciar le llegó de forma peculiar. A sus 78 años, Webster es un hombre que practica deporte con asiduidad. Por el ajetreo de las pasadas jornadas, llevaba dos semanas sin montar a caballo. El pasado fin de semana, el caballo se encabritó y le tiró al suelo. "Me di un golpe en la cabeza y cuando desaparecieron las estrellitas me pregunté: ¿Hay alguien que me quiere decir algo?", comentaba Webster en la edición de ayer del The Wall Street Journal. El magullado jinete volvió al caballo para probarse que domina al animal y también pensó sobre su presidencia del PCAOB. La conclusión fue: "No tengo que probarme nada. Sólo tengo que hacer lo que hay que hacer". Su salida y la de Pitt crean un vacío para el que no hay calendario de cobertura.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de noviembre de 2002