La policía ha detenido en Barcelona a un hombre de 46 años, acusado de robar a ocho personas a las que, después de ganarse su amistad, drogaba cuando tomaba con ellas chocolate con churros. El detenido, que acumula 105 detenciones y había salido de la cárcel el 30 de septiembre, se dedicaba a la prostitución y ofrecía sus servicios en los alrededores de la estación de Sants. Elegía a sus víctimas de madrugada entre los clientes que merodeaban por la zona y lograba entablar conversación con ellos. Al rato acababan en una churrería y allí consumían chocholate con churros. El detenido mezclaba con el chocolate ansiolíticos, tranquilizantes e incluso opiáceos. Los efectos solían durar 48 horas y una de las víctimas estuvo a punto de entrar en coma.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de noviembre de 2002