El ingeniero-consejero Javi Madrazo ha vuelto a dejarnos con la boca abierta, y no sólo a nosotros, pobres mortales, sino también a sus socios de gobierno. Lo que a algunos les había costado diez años de estudios, trabajo y negociaciones, él lo ha resuelto en dos patadas, nada de Y, una U es lo que nos conviene.
No sé qué porras hacen nuestros jóvenes dejándose las pestañas y la salud entre librotes, másters, y cursos de especialización varios cuando un simple nombramiento puede convertir a un profesor de Instituto en el máximo conocedor de la ciencia y la técnica de la alta velocidad. Y es que nuestro nunca bien ponderado consejero de Vivienda y Asuntos Sociales nos sorprende un día sí y otro también.
Por fuera parece un individuo corriente, nada del otro jueves, ¡para qué vamos a engañarnos! Pero ¡quiá!...Lo mismo propone un plan de viviendas sociales que diseña un sistema de ayudas a las familias numerosas ó un proyecto de federalismo de libre adhesión y entre rato y rato se entretiene en perpetrar una línea alternativa al tren de alta velocidad, que además de ser ocurrente y moderna evita los problemas y el impacto ambiental.
Lo dicho, su capacidad de asombrarnos es, en dos palabras, in finita. Y nosotros, ignorantes y desagradecidos ciudadanos, seguimos sin darnos cuenta de la inmensa suerte que tenemos con él en el Gobierno de Euskadi.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de noviembre de 2002