El fiscal jefe de Cataluña, José María Mena, entonó ayer el mea culpa y censuró tanto la actuación de la fiscalía como la del juez de Barcelona que impuso una multa de 60 euros a un hombre que fue a buscar a su esposa al domicilio de una amiga y, blandiendo un hacha, la amenazó con matarla. Mena afirmó que es lógico que esta sentencia cause "consternación, indignación e incomprensión" en la sociedad y precisó: "Hay que hacer una cura de humildad y reconocer nuestras insuficiencias", en alusión al criterio que siguió el fiscal en el juicio para calificar los hechos de falta leve y solicitar una simple multa para el acusado, un vecino de Igualada.
El titular del Juzgado de lo Penal número 3 de Barcelona consideró que el comportamiento del hombre merecía "el mínimo reproche venial" porque actuó "por desavenencias de índole amorosa" y "como consecuencia de la ira u otro motivo reprobable". El fiscal jefe de Cataluña afirmó sin reparos que "el problema de algunos jueces es que a veces tienen que llenar espacios y les traiciona su afán literario, y esas tentaciones extrajudiciales son difíciles de superar". Mena también reconoció que había pedido explicaciones al fiscal que actuó en el juicio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de noviembre de 2002