Argentina sigue siendo incapaz de cumplir sus compromisos. Si ya en diciembre pasado había suspendido pagos con los acreedores externos privados, en esta ocasión le ha tocado el turno al Banco Mundial. El Gobierno de Eduardo Duhalde ha decidido que sólo pagará 79,2 millones de dólares de intereses de un vencimiento de 805 millones.
Según los analistas, detrás de esta decisión está el retraso del deseado acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Pero éste no se producirá en tanto en cuanto no cesen las disputas políticas. Por no acordar, los dirigentes no son capaces ni de decidir una fecha para las elecciones.
El Banco Mundial ha concedido un plazo de seis meses hasta considerar que Argentina está en suspensión de pagos, pero el impago afectará a la ya muy tocada reputación del país y se notará en su economía.
Según los analistas, la mejora de los índices de crecimiento, paro e inflación sólo indica un respiro en medio de la crisis.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 17 de noviembre de 2002