Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
Editorial:

Tiger Woods y el machismo de Augusta

The New York Times, en un editorial publicado el lunes, sugirió que Tiger Woods, número uno del mundo, debería boicotear el próximo Masters de Augusta, que se disputará en abril, si este club no modifica su reglamento interno de permitir sólo la entrada de hombres. Pese a las reivindicaciones de un amplio abanico de colectivos femeninos estadounidenses, los miembros del club sostienen su veto. Ayer, Tiger Woods, tras conocer el editorial, contestó: "Estoy a favor de que entren mujeres en Augusta, pero yo sólo soy un miembro honorífico y no puedo votar". The New York Times, en un editorial publicado el lunes, sugirió que Tiger Woods, número uno del mundo, debería boicotear el próximo Masters de Augusta, que se disputará en abril, si este club no modifica su reglamento interno de permitir sólo la entrada de hombres. Pese a las reivindicaciones de un amplio abanico de colectivos femeninos estadounidenses, los miembros del club sostienen su veto. Ayer, Tiger Woods, tras conocer el editorial, contestó: "Estoy a favor de que entren mujeres en Augusta, pero yo sólo soy un miembro honorífico y no puedo votar". The New York Times, en un editorial publicado el lunes, sugirió que Tiger Woods, número uno del mundo, debería boicotear el próximo Masters de Augusta, que se disputará en abril, si este club no modifica su reglamento interno de permitir sólo la entrada de hombres. Pese a las reivindicaciones de un amplio abanico de colectivos femeninos estadounidenses, los miembros del club sostienen su veto. Ayer, Tiger Woods, tras conocer el editorial, contestó: "Estoy a favor de que entren mujeres en Augusta, pero yo sólo soy un miembro honorífico y no puedo votar".

Illiam (Hootie) Johnson, el presidente del Club de Golf Augusta National, se ha convertido en la cabeza visible de una rama especialmente retrógrada del círculo golfista. Como anunció de manera un tanto irritada la semana pasada, su famoso club de campo sólo para hombres no tiene planes de añadir miembros femeninos; no en un futuro próximo y desde luego no a tiempo para el próximo Masters. Augusta National es un club privado, explicó Johnson, y por tanto sus miembros tienen "el derecho constitucional de elegir" quién puede ser excluido de su caro sanctasanctórum.

El derecho constitucional de elegir es algo cierto, pero no está limitado a Johnson y su coro sólo de hombres. Si el club que organiza los Masters puede discriminar descaradamente a las mujeres, eso significa que otros pueden optar por no apoyar a la fraternidad golfista de Johnson. Esto incluye a miembros más progresistas de la CBS Sports, la cadena que televisa el Masters, y a los jugadores, especialmente a Tiger Woods.

Algunos miembros del club, como Sandford Weill, de Citigroup, y Kenneth Chenault, de American Express, han hecho un llamamiento para que se ponga fin a la discriminación por sexo. Sin embargo, de poco valió eso en Augusta. El club reafirmó su código masculino.

Augusta National es el anfitrión del torneo de golf más fino de Estados Unidos, que produce 20 millones de dólares de ingresos del público para el club y beneficios no declarados para CBS Sports. Pero esa magia del Masters está basada en una discriminación que Citigroup, American Express, CBS y otras modernas corporaciones juraron erradicar hace décadas. Weill y Chenault deberían ponerse a la cabeza dimitiendo del club y animando a otros ejecutivos a que hicieran lo mismo. La CBS,que parece pensar que este asunto no tiene demasiada importancia, necesita pensárselo otra vez.

Tiger Woods, que ha ganado el Masters tres veces, podría sencillamente decidir quedarse en casa en abril. La ausencia del mejor jugador de golf pondría en entredicho el nombre del ganador del próximo año. Y un torneo sin Woods enviaría el poderoso mensaje de que la discriminación no es buena para el negocio del golf. Por supuesto, si Woods adoptara ese punto de vista, el club de repente podría encontrar sitio para unos cuantos miembros del sexo femenino. La jueza Sandra Day O'Connor, por ejemplo, tiene fama de ser muy buena golfista.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de noviembre de 2002