El presidente de Pakistán, general Pervez Musharraf, ha prometido transferir "en uno o dos días" parte de sus funciones al nuevo primer ministro civil, tres años después de que derrocara al anterior, Nawaz Sharif, en un incruento golpe de Estado.
Musharraf formuló esta promesa, que confirma las realizadas durante la campaña electoral, en una declaración televisada al país en víspera del voto del Parlamento. El Legislativo se dispone a escoger un primer ministro aliado de Musharraf.
El general permanecerá en su cargo de presidente de Pakistán, con poderes para disolver el Parlamento, uno de los recientes cambios constitucionales criticados por la oposición. También se mantendrá como jefe supremo de las Fuerzas Armadas, la principal institución del país.
Musharraf es considerado por Estados Unidos como una de las piezas clave en la lucha internacional contra el terrorismo islámico. Pakistán fue en el pasado uno de los apoyos exteriores del régimen de los talibanes en Afganistán y es el país en el que se supone que se encuentra escondido el líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de noviembre de 2002