José María Aznar propuso ayer una serie de medidas para mejorar la seguridad marítima y la capacidad de reacción de la UE para evitar catástrofes como la del petrolero Prestige. El jefe del Gobierno envió una carta al presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, y otra al actual presidente de la UE, el danés Anders Fogh Rasmussen, y solicita que el tema sea discutido el mes próximo en la Cumbre de Copenhague.
La ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, anunció por su parte en Praga que España y Portugal suscribirán el próximo 16 de diciembre un acuerdo conjunto para la creación de un sistema de alerta rápida para hacer frente a "esas bombas ecológicas ambulantes". Esa zona, dijo Palacio, "es un corredor como la M30, donde circulan esas bombas ecológicas, no sólo de petróleo".
Aznar afirma en la carta a Prodi, difundida ayer por fuentes diplomáticas españolas, que este tipo de tragedias se producen con "intolerable frecuencia" y recuerda que la Comisión aprobó varias iniciativas tras el accidente del petrolero Erika en 1999. Sin embargo, dice, "estas medidas no han sido aún puestas en práctica". Y advierte de que es inaceptable que "la complejidad procesal de los asuntos acaben amparando la impunidad de quienes muestran tan poco respeto por los demás".
Aznar propone una serie de medidas a discutir en el Consejo Europeo, los próximos 12 y 13 de diciembre, en Copenhague. Entre ellas cita la puesta en marcha de forma inmediata de la Agencia de Seguridad Marítima y el establecimiento de un Fondo Europeo para la indemnización con coberturas de cuantía suficiente y mecanismos de pago muy ágiles.
Doble casco
Igualmente incluye entre las sugerencias la revisión inmediata del calendario de introducción de normas en materia de doble casco, o diseño equivalente para petroleros de casco único, que enarbolen pabellón o recalen en puerto de un Estado miembro de la UE, y la mejora clara de las labores de inspección de buques por parte de los Estados rectores del puerto.
Aznar solicita la reducción del plazo a seis meses, en lugar de doce, de la obligación de realizar inspecciones ampliadas a los buques de mayor riesgo, y notificar las deficiencias pendientes de rectificar en un plazo no inferior a 48 horas antes de la llegada a puerto.
España quiere también el fortalecimiento de los mecanismos de control del tráfico marítimo y defiende, por último, la adopción de medidas para la supresión en la UE de territorios exentos de los controles establecidos, que operan como "paraísos" en los que se tolera el incumplimiento de normas mínimas de seguridad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de noviembre de 2002