La OTAN reconoce la urgencia de encontrar una solución para lograr un acuerdo permanente de cooperación en defensa con la UE. En el documento final de la Cumbre de Praga se subraya el deseo de "cumplir las metas" que posibiliten el acceso de los europeos a los medios de planificación atlánticos. Sin ellos no es viable el pleno desarrollo de la futura fuerza europea de reacción rápida.
El presidente turco, Ahmet Necdet Sezer, no levantó en la capital checa todas las reservas que para Turquía suscita el acuerdo entre los Quince y la OTAN. Ankara lo condiciona al éxito de las negociaciones para la reunificación de Chipre. La Cumbre de Copenhague está ya a la vuelta de la esquina y nadie aventura si para entonces se habrá llegado a una solución en la cuestión chipriota y si los Quince le darán a Ankara la satisfacción de fijar una fecha para la apertura de las negociaciones de adhesión.
MÁS INFORMACIÓN
Fuentes aliadas reconocieron, no obstante, como "gesto positivo" que, a instancias de la delegación turca, se haya decidido realizar unas maniobras militares conjuntas OTAN-UE el año próximo. La Alianza también ha acordado renovar por un "periodo limitado" el mandato de la misión militar en Macedonia hasta que no se llegue al pacto permanente con la UE.
La defensa antimisiles reaparece entre los planes de la OTAN para modernizar sus capacidades de defensa. El proyecto original de Clinton, reactivado luego por Bush, se incluye entre los planes de los aliados para afrontar las amenazas incontroladas de países como Irak o Corea del Norte. Washington quiere incorporar a los europeos en el proyecto y éstos han aceptado que la OTAN estudie la viabilidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de noviembre de 2002