Estoy seguro que no es un caso aislado, pero lo que está ocurriendo en la calle Caleruega (Pinar de Chamartín) se está pareciendo cada vez más a aquellos primeros asentamientos del Oeste americano, donde "todo estaba permitido". Tengo serías dudas de que Errol Flynn fuera capaz de poner orden en esta calle, que compite, día a día, con la legendaria Dodge City, ciudad sin ley.
Me explico: el desprecio, la insolidaridad y la intolerancia alcanzan su máxima expresión día a día con la doble o incluso triple fila que imponen unas personas que necesitan dejar el coche lo más cerca posible de las puertas de los comercios, no sea que caminar unos metros pueda poner en peligro su integridad física. Y luego no se te ocurra decirles nada, "que te comen". Algún día habrá algún altercado serio y todos nos lamentaremos: la paciencia tiene un límite.
Es indignante, vergonzoso e intolerable que unos cuantos tomen la calle con sus vehículos porque sí, porque "yo hago lo que me da la gana, faltaría más". Están haciendo de esta calle y de este barrio un lugar "invivible" e "insufrible".
Y como en esta zona debe vivir alguna persona influyente, la Policía Municipal brilla por su ausencia. Claro, no sea que vayan a poner alguna multa por error y molesten a alguien. De verdad que es para salir corriendo. ¡Qué impotencia!
Voy a invocar al espíritu de Errol Flyn para que se manifieste y trate de poner orden aquí, y que le ayude Gary Cooper si es preciso. Mis esperanzas de que la concejal del distrito, o quien sea, cumpla con su obligación son nulas. Visto lo visto...-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de noviembre de 2002