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Los vecinos de la celda de lindane de Barakaldo exigen revisiones médicas

El cierre definitivo hoy de la celda de lindane en el monte Argalario, en Barakaldo, no ha terminado con la polémica sobre el destino de este residuo tóxico. Los vecinos que participan en la comisión de seguimiento de la planta exigieron ayer que Osakidetza realice a todas las personas que lo soliciten los reconocimientos médicos necesarios para determinar si las obras de llenado de la celda de seguridad para tierras contaminadas han afectado a su salud. Estas peticiones han sido denegadas en su totalidad.

El colectivo aseguró que la comisión de seguimiento de las obras del depósito de Argalario no ha informado a los ciudadanos. En este órgano de seguimiento -integrado por el Ayuntamiento de Barakaldo, el Gobierno, Ihobe, ecologistas y asociaciones de vecinos-, se informaba a los vecinos, según éstos, de decisiones que ya estaban adoptadas.

La portavoz de la asociación ecologista Lur Maitea, Consuelo Elosua, advirtió de que, aunque el depósito de seguridad del monte Argalario ya ha sido cerrado, existen aún "miles de millones de metros cúbicos de suelos altamente contaminados con residuos peligrosos y posible radioactividad". Entre estos terrenos, aseguró, se encuentran las antiguas instalaciones de Bilbao Chemicals en Barakaldo, junto a la A-8, las obras de construcción de la Feria de Muestras y la línea 2 del Metro. La portavoz ecologista reiteró que el proyecto de recogida de tierras contaminadas no ha cumplido el estudio de impacto ambiental, por lo que dijo haber presentado querellas contra los responsables del proyecto.

El Ihobe, la entidad oficial que ha gestionado el problema del lindane, rechazó una por una todas las acusaciones.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de noviembre de 2002