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Doce entidades políticas y sociales firman un acuerdo para evitar la degradación del valenciano

El 'Compromís', promovido por Escola Valenciana, recoge 50 medidas para asegurar su uso

"Cada día más, el valenciano pierde presencia en la vida pública, sobre todo porque los poderes políticos han abandonado sus responsabilidades". Ésta es una de las claves que sirven de punto de partida a las cincuenta medidas, "pragmáticas y realistas", recogidas en un Compromís per la llengua consensuado y firmado ayer por doce entidades políticas, cívicas, sociales y académicas, con el objetivo de "asegurar su uso social". De no ser así, se dice en la introducción del acuerdo, el valenciano "se degradará formalmente y se convertirá en un instrumento de comunicación residual".

Las 50 medidas del Compromís per la llengua que promueven las asociaciones Escola Valenciana y Mesa per l'Ensenyament en Valencià, son el resultado de un análisis de la realidad valenciana basado en el dictamen aprobado por el Consell Valencià de Cultura en julio del 98 y la "legislación que ampara los derechos lingüísticos", entre otros documentos. Sobre estos argumentos, considera que tanto en Cataluña y Baleares, como en el País Vasco, Navarra y Galicia, "las respectivas lenguas propias tienen mejor trato que el valenciano en nuestra casa".

Además de las dos entidades promotoras, el compromiso fue firmado por la Confederació de Pares i Mares Gonzalo Anaya, el Institut Interuniversitari de Filologia Valenciana, los sindicatos CCOO, UGT e Intersindical Valenciana, así como los partidos políticos PSPV, EUPV, Bloc, Esquerra Verda y ERPV. La secretaria de Cultura y Política Lingüística del PSPV, Isabel Escudero, descartó que la firma de este compromiso sea "contradictoria" con el Pacte per la Llengua suscrito el año pasado con el Partido Popular y que se sumará a cualquier iniciativa que contribuya a "dignificar el valenciano y fomentar su uso social". No obstante, acusó al PP de "romper el pacto sistemáticamente". Joan Ribó hizo una llamada al PP para que la lengua "deje de ser un elemento de conflicto y podamos ponernos a trabajar codo codo para que el valenciano se utilice seriamente".

En la presentación, la coordinadora de la Mesa per l'Ensenyament, Gemma Lluch, recordó que las medidas suscritas "formarán parte de los programas electorales de los sindicatos y partidos presentes". Diego Gómez, de la Federació Escola Valenciana, aseguró que los promotores del compromiso habían intentado hablar "en varias ocasiones con José Luis Olivas y Eduardo Zaplana" sin resultado. El documento, no obstante, se hará llegar ahora a las restantes fuerzas políticas, incluido el PP, y se divulgará entre los movimientos cívicos y sociales para sumar adhesiones. Cuenta ya con el apoyo de Valencians pel Canvi, la plataforma Estudiants per la Llengua, Acció Cultural del País Valencià, la asociación Tirant lo Blanc y el rector de la Universitat, Francisco Tomás.

Tal y como resumió Miquel Nicolás, del Institut Interuniversitari de Filologia Valenciana, las medidas del Compromís afectan tanto al ámbito politico, donde se pide incentivar fiscalmente a los sectores privados que se incorporen al proceso de normalización, como al administrativo (incremento de las invesriones destinadas a reciclaje de funcionarios), el social (mayor promoción del valenciano en distintas áreas), la comunicación (propuestas de valencianización de la RTVV) y al educativo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 23 de noviembre de 2002