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Crítica:MANUEL AGUJETAS | FLAMENCO

Histórica voz gitana

Esta noche sí, Manuel Agujetas cantó como él sabe hacerlo, y como debiera hacerlo siempre. Dando al cante lo que es del cante, con esa flamencura que al cantaor le brota de dentro como un privilegio a pocos reservado.

"¡Vas a pasar a la historia!", le gritó alguien desde el público. Agujetas, que se hallaba en pausa de unas impresionantes siguiriyas, respondió: "¡Gracias! ¡Hace tiempo que lo estoy!". Es cierto, y él lo sabe muy bien. Sabe que su cante es de otros tiempos y que lo hacen sólo él y unos pocos más. "Esto que se canta ahora y que llaman flamenco no es... El cante es gitano, el que yo canto".

Y vaya si cantó. Un recital insólitamente largo para lo que él acostumbra, y generoso. Soleares, siguiriyas, fandangos, bulerías al golpe o pa escuchar como dicen los jerezanos, martinetes... Lo que cantan los gitanos. Lo que canta Agujetas de Jerez -cuando está inspirado- con grandeza y con jondura. Esta noche lo estaba, y doy fe de que es una rara experiencia que los aficionados nunca olvidamos.

II Encuentro Flamenco

Cante: Agujetas de Jerez. Toque: Antonio Soto. Sala Clamores. Madrid, 21 de noviembre.

Manuel Agujetas es uno de esos privilegiados a que hacía referencia antes, que posee el cante en pleno. Con demasiada frecuencia le cuesta sacarlo a la luz, pero cuando lo hace nos deslumbra. Y entonces se nos caen los sombrajos, porque nos damos cuenta de que en este arte hay algo definitivamente superior.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 23 de noviembre de 2002