Existen vinos tranquilos de todos los colores -blancos, negros y rosados-, de todos los tipos y todos se disputan el reinado en los caldos tranquilos. En el país de los espumosos, también con muchas razas, sólo existe, en cambio, un rey: el champán francés. Con el noble fin de divulgar la cultura del champán se presentaron recientemente en Bilbao 17 bodegas artesanas. Las gentes de Ruinart-Tarttinger, Gosset, etcétera enseñaron cómo su producto es único partiendo de un terreno especial.
Para que este vino de reyes obtenga la categoría de champán francés, debe cumplir diez requisitos:
1. Producción, cosecha y elaboración en una zona delimitada de la región francesa de Champagne.
2. Utilización exclusiva de cepas chardonnay, pinot noir y pinot meunier.
3. Podados cortos.
4. Fijar un rendimiento máximo de uvas por hectárea.
5. Rendimiento máximo de 1.000 litros por cada 150 kilos de uva.
6. Determinar un grado mínimo cada año.
7. Preparar los vinos en locales aislados donde sólo se permite almacenar vinos de Champagne.
8. Utilizar técnicas naturales basadas en la segunda fermentación en botella.
9. Conservación en botellas durante un mínimo de un año antes de su expedición.
10. Fijar un contenido de azúcar residual para cada tipo de champán.
Y, por encima de todo, amar el champán.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 23 de noviembre de 2002