Con la ausencia de Zidane y la de última hora de Ronaldo en el Madrid, Louis Van Gaal puso en el medio del campo a Xavi y Gabri. Al final del partido, el técnico del Barça, elogió la labor de los canteranos aunque tampoco olvidó la energía que desprendió Riquelme como enganche para alimentar al único punta azulgrana, Kluivert. "Han apretado muy bien en el centro del campo", manifestó Van Gaal sobre los tres jugadores. Una valoración acertada del holandés en cuanto al juego más ambicioso que desplegó el Barça en el segundo acto.
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Una mirada al partido, y más concretamente a los últimos tres cuartos, el mérito del empuje del Barça tuvo un nombre: Xavi. El futbolista de Terrassa, a sus 22 años, se ha consolidado en la dirección del juego y ha tomado el relevo de su predecesor Guardiola. Xavi cargó ayer con el equipo a sus espaldas, lo hizo jugar y controlar el balón, además de organizar el juego con criterio.
Ya había tenido una notable actuación la pasada temporada con la visita del Madrid al Camp Nou, con Zidane como principal atracción. Fue Xavi quien salvó al Barça de la derrota y consiguió amarrar un punto con un gol de pillo en el tramo final del partido, aunque César, el portero madridista el pasado año, colaboró en el empate a uno.
Más que un partido de fútbol, el de anoche fue un rondo mal hecho por todo el campo, especialmente en la primera parte. Xavi no pudo exhibir su tiralíneas. Faltaban extremos. Y el Madrid, con Makelele y Cambiasso, le pudo al Barça, con Xavi y Gabri en la medular. Xavi flotó durante el primer tiempo y los madridistas estrangularon a los azulgranas. Xavi, apenas recibió pelotas y el Barça se encomendó a los balones largos que Reiziger intentaba largar sin gran éxito.
Todo cambió tras el descanso. Con la agresividad de Gabri, Xavi se dejó ver, tomó el mando y junto a Riquelme acabó siendo el mejor del partido. La presencia de Overmars en la banda izquierda ofensiva le permitió al de Terrassa la referencia, tardía, para lanzar el juego ofensivo. Hasta Puyol, ayer en su demarcación natural en el lateral derecho, corrió la banda siguiendo instrucciones de Van Gaal. Con los extremos bien ocupados, la respuesta de Xavi es contundente y el equipo lo nota.
Xavi fue capaz de motivar y recuperar a una grada que, hasta media hora antes del final, estuvo más pendiente de silbar a Figo y de los incidentes que se produjeron en la zona de los Boxois Nois.
Al final, Xavi se marchó del Camp Nou con un sabor agridulce. "Me ha decepcionado el juego ofensivo del Madrid", señaló. "Pudimos ganar", sentenció tras reconocer que el rival, aún sin Zidane ni Ronaldo, "es competitivo y, sobretodo, tiene una buena defensa".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de noviembre de 2002