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Crónica:FÚTBOL | Undécima jornada de Liga

El espejismo del Málaga se desvanece

Cada vez queda más lejos aquel espejismo de buen juego que el Málaga atravesó en el inicio de la temporada espoleado por la inercia de la Copa Intertoto. El equipo de Joaquín Peiró cada vez está más hipotecado a la furia de Darío Silva, al que en cada partido le llueven balones desde la defensa con la escala obligada en la afeitada cabeza de Dely Valdés, que las peina todas.

Ése fue el argumento principal del conjunto andaluz. A la zaga de Mané ni siquiera le bastaron sus conocidas aptitudes para el juego aéreo para frenar al dúo atacante, que mantuvo en jaque a Dutruel, sobre todo en la primera mitad. El portero francés fue el auténtico artífice del punto que su equipo arrancó de La Rosaleda. Realizó media decena de intervenciones notables y desbarató algunos contragolpes.

MÁLAGA 0 - ALAVÉS 0

Málaga: Contreras; Josemi, Fernando Sanz, Roteta, Valcarce; Gerardo, Sandro (Leko, m. 62), Romero (Manu, m. 62), Musampa; Darío Silva (Edgar, m. 83) y Dely Valdés. Alavés: Dutruel; Geli, Karmona, Téllez, Llorens; Mara (Ilie, m. 78), Astudillo, Desio, Jordi Cruyff, Ibón Begoña (Iván Alonso, m. 69); y Rubén Navarro (Magno, m. 69). Árbitro: Mejuto González. Mostró la tarjeta amarilla a Jordi Cruyff. Unos 12.000 espectadores en La Rosaleda.

Los minutos pasaban y Darío Silva, por incansable que parezca, acabó pagando su generosidad. A falta de media hora, Peiró cambió de táctica y buscó las bandas con la entrada de Manu. También apareció Musampa, hasta entonces sumido en una profunda apatía por ese juego de su equipo, que le convierte en un espectador de los pelotazos que sobrevuelan el centro del campo. El holandés se aplicó, pero le faltó puntería.

Más crítica es la situación del Alavés. No se parece ni de lejos a aquel ejército de gladiadores que se batieron a cara descubierta ante el Liverpool en una final de la Copa de la UEFA. Cuando intentaba acercarse en bloque a Contreras, recibía las embestidas solitarias de Darío Silva. Al final, optó por quedarse cerca de Dutruel y dar por bueno el empate.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 25 de noviembre de 2002