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OPINIÓN DEL LECTOR

Cuestión de prioridades

No sé si reír o llorar. En estos días nos encontramos con una nueva catástrofe ecológica; bueno, no sé si denominarla así o como "terrorismo económico", sobre todo, si nos ponemos en el lugar de los mariscadores y pescadores gallegos o como "terrorismo ecológico", si lo miramos como el daño hecho al medio ambiente.

Me llama la atención que no exista un buque de limpieza de petróleo en todo el Estado ni suficientes barreras contención para resolver esta catástrofe y que, a su vez, el jueves se estrellase un prototipo del eurocaza con un valor estimado de 72 millones de euros (el Ejército del Aire piensa comprar con el dinero de nuestros impuestos 87 aparatos de este tipo a un coste de 5.9937 millones de euros).

Debe ser cuestión de prioridades, o por lo menos esa sensación da. Hemos podido ver recientemente al presidente del Estado español en la Cumbre de la OTAN en Praga hablando de temas militares, apoyando con ímpetu las tesis de George Bush, que pretende crear una fuerza de choque de 21.000 soldados que puedan actuar sin previo aviso en cualquier parte del mundo, denominándolas "acciones preventivas"; atacar antes de que te ataquen.

Debe ser cuestión de prioridades, pues prácticamente todos los jefes de Estado reunidos en Praga, no estaban en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible celebrada en Johannesburgo del 26 de agosto al 4 de septiembre de 2002. ¿Será que interesa más, el tema militar que el desarrollo sostenible del planeta?

Sí debe ser cuestión de prioridades, ya que nos preocupa más acabar con Bin Laden que con el hambre en el mundo, donde existen mas de 800 millones de personas desnutridas y mueren al año del orden de 30 millones por hambre, algunas de ellas, en países exportadores de carne como es el caso de Argentina.

Si es cuestión de prioridades, que calme Bush su sed de petróleo en las costas gallegas y que deje en paz al pueblo iraquí que ya tiene bastante con Sadam Hussein y el embargo implacable que le oprime. Si es cuestión de prioridades esforcémonos en crear amigos en vez de enemigos, en regenerar lo que hemos destruido, en crear un mundo sostenible no solo para los seres humanos, si no para todo el planeta.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 25 de noviembre de 2002