El comité de empresa de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) de Málaga recurrió ayer a una fórmula de protesta singular para exigir el cumplimiento del convenio colectivo más de un año después de su firma: traducir su queja al ruso en una pancarta que exhibieron en los pasillos antes del comienzo de la sesión del Consejo de Administración ("En defensa de nuestro convenio colectivo, no a su incumplimiento").
La protesta en ruso tiene un doble sentido, ya que alude a la polémica modificación de elemento al Plan General de Ordenación Urbana que el Consistorio ha realizado, y que ha sido impugnada por la oposición, para permitir un complejo de ocio y cultura de capital ruso en el Monte San Antón. "Parece que sólo entienden de dar prioridad a los intereses especulativos y no les importa incumplir acuerdos ya firmados con sus propios trabajadores", explicó el presidente del comité, Antonio Serrano.
El comité exige que se cumpla la normativa de ascensos que rige desde 1989 y que el PP quiso cambiar, aunque retiró su propuesta alternativa de la negociación del último convenio. Sin embargo, no le ha dado cumplimiento y ha instado a los trabajadores a que acudan a los tribunales. El comité pondrá esta misma semana una demanda de conflicto colectivo.
Por otro lado, el comité de la empresa concesionaria de la limpieza urbana y basuras de Málaga, Limasa, inició ayer un encierro para exigir la firma del convenio que pactaron con la empresa tras el laudo que en junio puso fin a una huelga del servicio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 26 de noviembre de 2002