El presidente de Honduras, Ricardo Maduro, aseguró ayer que su Gobierno se esfuerza por esclarecer los asesinatos de cientos de jóvenes y menores de edad, que han causado honda preocupación en el país. Maduro prometió que la seguridad pública será su prioridad "hasta el último día" de su mandato.
Al cumplirse un año de su elección, el mandatario hondureño destacó los esfuerzos de su Ejecutivo para combatir la corrupción e "investigar la muerte de esos jóvenes", supuestos pandilleros o delincuentes. Según diversos organismos humanitarios los asesinatos hasta ahora no esclarecidos se elevan a una cifra que oscila entre 1.400 y algo menos de 2.000 desde el año 1998.
La organización humanitaria Amnistía Internacional pidió el pasado día 6 a Maduro una investigación de estos crímenes, en algunos de los cuales están implicados miembros de la policía, según las denuncias.
A pesar de este dato, que arroja una de las principales sombras sobre su gestión, el mandatario hondureño consideró que su principal satisfacción en estos primeros meses de gobierno es "el apoyo del pueblo hondureño" a su campaña contra la delincuencia y a los cambios para modernizar y adecentar el Poder Judicial. Sin embargo entre sus frustraciones están el no poder reducir el crimen a cero. "Hemos logrado reducir y revertir significativamente los niveles de crímenes", dijo Maduro. Delitos como los secuestros, los asaltos a bancos y robos en residencias se han reducido ostensiblemente aunque el presidente reconoció que persisten los "problemas de seguridad".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 26 de noviembre de 2002