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La novela como expresión de libertad

La escritora Susan Sontag mantuvo, a última hora de la tarde de ayer, un apasionado y divertido debate con el consejero delegado del Grupo PRISA, Juan Luis Cebrián, que hizo las delicias del público de la Casa de América en Madrid.

A las primeras preguntas nada inocentes que le hizo el académico y periodista sobre En América, Sontag defendió la novela como expresión de libertad. "Cada vez prefiero más la novela al ensayo, porque en la ficción puedo contradecirme a mi misma. Distribuyo mi voz entre los diferentes personajes y éstos tienen distintas opiniones con las que puedo o no estar de acuerdo. En el ensayo tenemos que saber muy bien lo que decimos y, además ser coherentes".

Cebrián le recordó algunas frases de sus personajes, como el que dice que "un barrio pobre de Nueva York no es lo mismo que un barrio pobre de Liverpool" porque en el primero hay esperanza. "En ello hay una parte de realidad y una parte mayor de fantasía", dijo Sontag. "Es cierto que la gente tiene la idea de que América te da permiso para hacer lo que en sus países no pueden", añadió.

Sontag y Cebrián estuvieron de acuerdo en su amor por Nueva York. "A los personajes de la novela no les gusta Nueva York y nosotros tenemos la impresión de que lo que salva a EE UU es Nueva York", dijo Cebrián. "Nueva York no es América y por eso yo vivo allí", añadió Sontag. "Si no pudiera vivir en Nueva York no viviría en Norteamérica, me iría a alguna ciudad europea, como París o Londres. No elegiría Madrid porque no tiene suficientes extranjeros y a mí me gustan las ciudades cosmopolitas".

Feminismo y machismo

El mundo de la mujer está muy presente en la obra de Sontag, afirmó Cebrián, que señaló tres frases de la novela: "Sólo en América una mujer puede ser como un hombre"; "la familia le importa más que la profesión", -esto también sería bueno para los hombres, precisó el periodista-; y "la mujer tiene talento para renunciar a la satisfacción sexual". Sontag respondió: "Son cosas que dicen los personajes. Yo voy a darle la vuelta: te llama la atención porque la protagonista es una mujer. Las mujeres desde el punto de vista cultural somos una minoría, aunque seamos la mitad de la población mundial. He querido escribir sobre el mundo y he elegido una mujer como protagonista, una mujer ambiciosa y consciente de su talento".

"Acepto el papel de machista oficial", afirmó Cebrián, "pero me gustaría que hablaras de eso del talento para renunciar". "El talento a veces exige muchas renuncias", dijo Sontag. "No se puede generalizar y no es sencillo, pero una gran dedicación al trabajo probablemente disminuye la energía erótica y supongo que eso le pasa también a los hombres. Maryna, mi protagonista piensa que quizá no exista una vida feliz, que sólo hay una vida heroica".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 27 de noviembre de 2002