Un alcalde, la figura de un político y la imagen de la política se hunden cuando se cambian la chaqueta pasándose a otro partido, con el fin más que probable de conseguir un puesto en la Diputación Provincial o en la Junta de Andalucía.
El alcalde que persigue este ascenso y lo hace abandonando sus siglas y abrazando las del PSOE es simplemente un chaquetero, como es el caso del tal Manuel Guerra que alcanzó su Alcaldía en Aracena con las siglas de IU. Pues ahora, con su cambio de chaqueta, no sólo traiciona a sus antiguos compañeros de IU sino que también traiciona a todos aquellos votantes que dieron su apoyo al programa electoral y a la lista de IU.
Humildemente creo que este señor y quien lo asesora se han pasado. Si cree que va a salir indemne de todo esto creo que se equivoca. El pueblo de Aracena no gusta de alcaldes chaqueteros y traidorzuelos que anteponen su trayectoria y futuro personal a los intereses de quienes lo han elegido. Con su cambio de chaqueta, el tal Manuel Guerra no sólo pierde su credibilidad como alcalde sino también como persona.
¿Por qué no le cuenta a su pueblo y a sus antiguos compañeros de IU lo que ha conseguido con el acuerdo suscrito con el PSOE? ¿Dónde está el alcalde, en la izquierda, en la derecha, en el centro, con los independientes? Nadie lo sabe pero, sinceramente creo que este señor está al sol que más calienta tal como hacían los alcaldes franquistas que tantos barbaridades hicieron en nuestros pueblos serranos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 29 de noviembre de 2002