Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
Crónica:

El Celta se blinda para nada

El Celtic gana con un gol de Larsson un partido vivido en todo momento en el área de Pinto

Tapado y bien tapado, el Celta salió de Glasgow menos magullado de lo que delató el partido. Encogido de principio a fin, el equipo de Lotina jugó a la ruleta rusa toda la noche y aceptó de mala manera discutir las habichuelas con los escoceses dentro de su propia área. Se vio sometido a una carga tras otra y sólo la escasa pericia de la mayoría de sus rivales le permite ahora echar cuentas de cara a Balaídos, donde tendrá que cambiar de traje de forma forzosa.

CELTIC GLASGOW 1 - CELTA 0

Celtic Glasgow: Douglas; Valgaeren, Balde,

Laursen; Agathe (Sylla, m. 80), Lennon, Petrov, Sutton, Guppy (Thompson, m. 78); Larsson y Hartson.

Celta: Pinto; Méndez, Sergio, Berizzo, Juanfran; Luccin, José Ignacio; Gustavo López (McCarthy, m. 78), Mostovi, Sylvinho; y Catanha (Edu, m. 50).

Gol: 1-0. M. 52. Córner a la izquierda de Pinto que Valgaeren primero remata de cabeza y luego, casi bajo palos, Larsson, también de cabeza, empuja la pelota a la red..

Árbitro

: Claude Colombo (Francia)

. Amonestó a Catanha, Sergio, Hartson y Sutton. Expulsó al entrenador local Martin O'Neill (m. 88) por protestar de forma airada.

Partido de ida de la tercera eliminatoria de la Copa de la UEFA. 53.726 espectadores en el estadio Celtic Park.

Como tantos y tantos equipos británicos, el Celtic se derrite cuando le quitan la pelota, cuando el enemigo le baila de un lado a otro. Entonces se desgasta tras una sombra y se siente obligado a dar un paso atrás. Se supone que el Celta se sabía la lección, pero en la práctica suspendió con creces. Incapaz de trenzar una jugada con cordura, de bajar la pelota al pasto y abanicar el partido como le convenía. La apuesta de Lotina tuvo mucho que ver. El técnico desplazó a Gustavo López a la orilla derecha, y encadenó por el otro costado a dos laterales como Juanfran y Sylvinho. De esta forma , el Celta se cegó por las bandas, uno de sus mejores recursos en los últimos tiempos. De paso, Mostovoi se hizo un nudo entre la marabunta de centrocampistas del equipo escocés y Catanha se aisló de todos.

Sin antídoto alguno, el Celta aceptó el cuerpo a cuerpo con los escoceses. Un suicidio, porque nadie muerde más que ellos, porque nadie mete el hombro mejor que ellos, porque nadie afila los tacos como ellos. De esta guisa, los gallegos pasaron un suplicio. No es que el Celtic les pasara por encima, pero lo cierto es que siempre tuvo el duelo donde había soñado. Es decir, cerca del área de Pinto, con dos carrileros muy adelantados que siempre tenían el aire suficiente para meter un punterazo al cielo. Todo muy rudimentario, de acuerdo, pero muy efectivo para mantener en vilo a cualquier enemigo.

Era cuestión de tiempo que llegara el gol. Como no podía ser de otra forma, un córner, un tiarrón del Celtic que mete la frente y otro, el más pillo del barrio, el sueco Larsson, que huele el rechace y con su cabeza, por supuesto, burla a Pinto y todos sus escoltas.

La reacción celeste quedó en nada, en un simple arrebato tras encajar el gol. Mediado el segundo tiempo al Celtic ya le goteaba el depósito y poco a poco unos y otros se fueron citando para la vuelta en Balaídos. Entonces, al Celta no le valdrá blindarse como en Celtic Park. Deberá retratarse como cuando tenía una clara vocación ofensiva. Hoy día está algo confuso, como si quisiera cambiar el rumbo hacia no se sabe dónde.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 29 de noviembre de 2002